Al norte de la selva amazónica colombiana, Los Llanos, una de las zonas más hostiles de la Tierra, se ha convertido en el sorprendente escenario de una de las historias medioambientales más esperanzadoras que existen. A finales de los años 60, Paolo Lugari, un joven colombiano experto en desarrollo, se preguntó si esta árida región podría transformarse en un lugar habitable. No podía imaginar que cuarenta años más tarde su experimento llegaría a convertirse en un paradigma del desarrollo sostenible, un pueblo llamado Gaviotas.
Ante la falta de infraestructuras, los primeros gavioteros inventaron molinos de vi ...